miércoles, 12 de agosto de 2009

Su sistema podría estar en peligro.(Quinta Parte)

18 de Septiembre de 2008

22:45 hrs

La muchacha se incorporó lentamente en la cama, haciendo un esfuerzo por contener el dolor que sentía en su cuerpo. El golpe había sido duro; por algunos momentos pensó que no sobreviviría al accidente, pero ahí estaba, con una sensación de decepción tremenda.
"He fallado" pensaba " Mierda, lo he echado todo a perder.."
Tomó un vaso de agua que estaba quizas hace cuanto en la mesa al lado de la camilla, y bebió dos largos sorbos.
Una enfermera, que hacía la ronda nocturna, se asomó a la habitación. Al verla despierta se acercó a ella, sonriendo.
-Buenas noches- le dijo a la muchacha-¿como se siente?-.
-Bastante molida, pero creo que sobreviviré, gracias- dijo ella, devolviendole una sonrisa forzada.
-¿Puedo ayudarle en algo?- preguntó la enfermera, poniendose en posición de abandonar el cuarto.
-Si...me gustaria hacer una llamada telefónica, es eso posible, ¿verdad?-
La enfermera asintió con la cabeza
-Ningún problema. hay un aparato telefónico en la mesa de velador. Tiene que marcar el 9 para salir al exterior, y luego digitar el número que desee. Ahora, la llamada tiene un valor adicional...-
-no importa cuanto cueste. Muchas gracias, eso sería todo.- la interrumpió.
La enfermera volvió a sonreir, por cortesía, y abandonó la sala. La muchacha tomó el telefono, apretó el 9 y marcó el número que tenía grabado en su memoria desde hace años.

Dió tono. "Esta habilitado, entonces" pensó.
Repicó un par de veces, hasta que una voz femenina, somnolienta, contestó al otro lado
-¿Diga?-
-Buenas noches...disculpe que la esté llamando a esta hora, pero no sabía que más hacer- dijo la muchacha.
-¿quien es? ¿con quien desea hablar?- preguntó la voz al otro lado de la línea
-Mi nombre no interesa mucho...por favor escucheme, tengo que pedirle un gran favor...- rogó la chica - es usted Antonia Velasquez, ¿verdad?-
-Si, correcto, soy yo, pero ¿quien es usted? no me parece conocida..¿cómo tenía mi número?-
-Me lo dieron, en caso de emergencia- dijo la muchacha un tanto desesperada. Las luces del hospital permanecían titilando, emitiendo un debil zumbido que la hacía poner nerviosa- Me dijeron que hablara con usted..por favor escucheme.
-Esta bien, todo esto es una broma ¿no? llamarme a esta hora!! si me conociera sabría bien que yo estoy acostada y durmiendo...no son horas para molestar, señorita...-

- Lo se, lo se, pero escucheme...estoy en el Hospital Central, postrada en una camilla, con la pierna destrozada por culpa de un imbecil, lo único que le pido es que escuche atentamente lo que tengo que decirle...-
La línea quedó en silencio al otro lado. "Por favor que no corte la comunicación, o sino estaré perdida" pensó la muchacha.
Después de unos segundos que parecieron una eternidad, la voz contestó
-Oiga...¿se encuentra bien?...Escucharé lo que tiene que decirme, si eso la hace sentir mejor.-
La muchacha suspiró
-Muchas gracias..bueno el mensaje que quería entregarle es el siguiente...Mickaela abandonó a Paris. No fue ella sola, le pidieron que lo hiciera y cuando se decidió, le causó un gran dolor. Nunca se lo perdonó, ni siquiera cuando fue mayor...

Y se quedó en silencio. Una vez más, el unico sonido entre las dos mujeres fue el zumbido de las luces del hospital

-Dios mio...-dijo finalmente la mujer al otro lado de la línea-Dios mio...no puede ser...

La muchacha tragó saliva

-¿En donde me dijiste que estabas?- le preguntó la mujer.
-Hospital Central...en el cuarto piso, habitación 423

-Okey. No te duermas. Voy para allá

Y la linea quedó cortada.


(continúa)

No hay comentarios:

Publicar un comentario