jueves, 13 de agosto de 2009

Su sistema podría estar en peligro.(Sexta Parte)

18 de Septiembre de 2008
23:30 hrs

Antonia Velasquez estacionó su vehiculo cerca del hospital. Se bajó, le puso alarma, y mientras caminaba, pensaba en lo raro de aquella situación. No había manera posible en que una persona, una completa desconocida, le hubiese dicho aquellas palabras por telefono. Ni siquiera alguien intimamente cercano las conocía. Entonces ¿Qué hacía a esas horas de la noche, caminando hacia el Hospital Central para visitar a alguien que le era completamente ajena? No lo sabía. O más bien, lo intuía; ella siempre se había caracterizado por su curiosidad, por sus ganas de indagar y conocer aquellas cosas que le parecían extrañas. Y justamente, lo que estaba ocurriendo ahora, respondía completamente a ello.
Tomó el elevador hasta el cuarto piso, y llegó frente a la habitación 423. Empujó lentamente la puerta, pensando que la muchacha estaba durmiendo. Pero pronto se dio cuenta que no. La chica estaba sentada en la cama, ojeando lo que parecía ser un periódico. Cuando la vió, dio un pequeño salto, y Antonia también se sobresaltó un poco. La muchacha le parecía extrañamente familiar, como si la hubiese conocido de alguna parte. Pero no podía determinar de donde. Tomó una silla plagable y la abrió junto a la camilla, para sentarse.
-Buenas noches, Antonia..- le dijo la muchacha, dejando el periódico a un costado.
-buenas noches- respondió- Tal vez te parezca extraño que haya venido tan rápido, pero dado lo que me dijiste no me dejaste muchas opciones-

La muchacha se quedó en silencio, mirando fijamente la ventana durante algunos segundos.
-Esta bien- dijo finalmente-Debo ser honesta. No se lo que significan las palabras que le dije. Solamente sé que debía decirselas a usted, y que comprendería a lo que me refería...como un voto de confianza. Lo importante es lo que le voy a comunicar ahora- La muchacha se acomodó un poco más en la cama, hasta quedar inclinada hacia adelante, apoyando los codos en las rodillas.
Antonia suspiró; ahora si que estaba toda confundida ¿por qué había recurrido a ella? ¿por qué justo ahora?
-Mira, chiquilla, necesito saber quién te entregó esas palabras, si es que quieres que te escuche- dijo Antonia, decidida.
La muchacha sonrió
-Me parece justo que lo sepa, Antonia. Ese mensaje me lo dieron hace dos años atrás; casi como un mantra, era algo que debía memorizar, al igual que su número de telefono...no se como explicarselo de mejor manera, y tal vez crea que estoy loca, pero me estoy quedando corta de tiempo...-y luego emitió una carcajada estridente y nerviosa-!!Tiempo!! si usted supiera lo perdida que me encuentro ahora, ¿sabe?...pero lo primero que le diré es que ese mensaje me lo entregó Rodriguez. Marcelo Rodriguez...que creo que era su esposo, no?-

Antonia se sintió perdida también.
-Claro, él es todavía mi esposo...pero él no tenía como saber...no tenía como saberlo...-
-Bueno tal vez no. Pero lo sabrá- dijo la muchacha.
-¿A que te refieres? Yo...Yo no comprendo a que va todo esto...lo siento...esto es demasiado confuso para mi-dijo Antonia, poniendose de pie bruscamente. La silla se volvió a doblar, y cayó de costado, produciendo un fuerte ruido.
-Calma, por favor- le dijo la chica, moviendole las manos- Por favor cálmense, Antonia, se lo ruego...-
La mujer permanecía de pie, con la respiración agitada. Se llevó una mano a la boca, y cerró los ojos. Comenzó a inspirar lentamente para relajarse
-Podrias...podrías hablarme claramente, por favor?..para lograr entenderte...- manifestó.

La muchacha la miró con calma.
-Rodriguez...digamos que a él lo conocí hace varios años atrás...o para decirlo de manera correcta, lo conoceré en algunos años más. -
-Lo conocerás? que me estás diciendo, que aún no lo conoces? si no lo conoces como fue él capaz de darte ese mensaje?-le replicó la mujer
-Justamente es eso, Antonia, lo que estoy tratando de decirle. Yo vengo de otro presente. Para que le quede claro, yo fui enviada hacia el pasado varios años, hasta llegar hasta hoy.-y esperó a ver la reacción de la mujer.

Antonia seguía helada, no conseguía calmarse.
-Entonces , me estas diciendo que eres del futuro, ¿es eso?-
La muchacha asintió con la cabeza
-No- dijo Antonia, cerrando los ojos-Eso no es posible. Eso no es posible, es el disparate más grande que he oido en mi vida...estas loca, chica. Loca de remate y yo como una idiota vine hasta aca..
-Antonia-dijo la muchacha levantando la voz.-¿Me puedes decir entonces, de qué otra manera yo pude tener acceso a esa información que Rodriguez todavía no conoce, en este tiempo? ¿Cómo pude entonces saber el mensaje exacto, y su número telefonico? ¿Me lo puede explicar?-

La mujer se quedó callada.
-No puede ser...no...no puede ser verdad!!!!-exclamó, poniendose las dos manos en la cara-eso es cuento de películas, de ciencia ficción...pero no puede ser real!!!-
-Si. Lo es-respondió la muchacha, recostándose en la cama- Es dificil de entender...para mi también parece un sueño. Pero fue posible. Lo lograron despues de años de pruebas fallidas. Y yo soy la prueba viviente de ello, Antonia. Estoy aqui, frente a usted, para decirle que es verdad. No es un sueño, no es una broma de mal gusto. Es cierto.

Ambas mujeres permanecieron en silencio, la muchacha mirando hacia la ventana y Antonia con los ojos cerrados. En el pasillo, una señora pasaba una gastada mopa mojada por el suelo, dejándolo un poco más brillante. Los ruidos de la ciudad comenzaban a apagarse paulatinamente.

-Supongamos,...supongamos por un instante, que todo esto que me dices es verdad-Dijo Antonia, recogiendo la silla y sentándose en ella- Si esto es cierto...veamos...¿que es lo que querías decirme?

-Necesito su ayuda-respondió la muchacha-Algo a lo que solamente usted tiene acceso, y es arriesgado, lo sé, pero si no estuviera desesperada, no habría hecho nunca la llamada...-Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, y la voz se le quebró un poco. - He fallado...lo que tenía que hacer no resultó como queríamos...y ahora todo, todo lo que usted conoce, está en peligro.-

Antonia la miraba atentamente
-Continua, te escucho- la alentó.

-Okey... usted es ingeniero en informática, se graduó con todos los honores y ha desempeñado una carrera impeclable durante muchos años...Bueno, ahi es justamente donde necesito que me ayude... A partir de hoy dia se está gestando una alianza comercial, que va a desarrollar un sofware que la principio va a tener una difusión local, más bien pequeña, pero con el tiempo, y me refiero a algunos meses, se va a disparar a todo el mundo. Será un éxito en cuanto a las ventas y a la publicidad, y mucha gente querrá tener acceso a este programa.-

-¿De que se trata ese software, puedes ser más específica?-le preguntó Antonia, con evidente interes.
-Al principio servirá para que cientos y miles de personas estén comunicadas; el sofware va a permitir que uno encuentre a amigos, compañeros antiguos del colegio o de la universidad, y pueda ponerse en contacto con ellos. Será inocente al comienzo, pero como el programa requiere todos los datos del usuario, será una base de información tremenda. Todos los gustos de las personas, la ideología política, las creencias religiosas, el estado civil, sus temores, las agrupaciones a las que adscriben, a quienes odian, los lugares que frecuentan, las fiestas que realicen, el pais de origen, el pais de residencia, y un largo, largo etcétera... como herramienta de comunicación y de encuentro será genial...algo sin precedentes...pero lamentablemente no todo puede ser color de rosa..-
-¿Porque?-preguntó la mujer, inquieta-¿qué va a pasar con eso?
-No lo puedo precisar en este instante...de hecho no lograremos saber en que momento, o específicamente quién fue, o en este caso será, el culpable de todo... pero toda esa información, esa base de datos gigantesca, va a ser vendida. El comprador nunca fue determinado, y el vendedor tampoco...solo nos quedamos con las sospechas. Toda esa cantidad de datos llegó a las manos más sucias que se pudiera usted imaginar. Y asi, de modo inevitable, comenzaron las pugnas entre grandes consorcios y transnacionales por el tráfico de información...el problema no fue tanto ese, sino que hubieron datos militares y registros de seguridad nacional de varios paises que también se transaron en este mercado negro...-

-Dios mio-exclamó Antonia, sorprendida-¡eso es terrible!!-
-Asi es...y varios grupos terroristas se hicieron de locaciones específicas de armas de destrucción masiva. Asi que se puede imaginar usted lo que ocurrió..-
-¿Qué, qué pasó?-
La muchacha cerró los ojos.
-Demasiadas muertes...tantas que no quiero siquiera recordarlas...-Un par de lágrimas corrieron por su mejilla izquierda. Se limpió con la blanca sabana que la cubría.
-Pero...-dijo Antonia-pero eso aun no pasa...o sea tu viniste hasta aca para tratar de evitarlo...¿verdad?-
-Si, asi es. Lo intenté, pero fallé...y ahora le estoy pidiendo a usted que me ayude a hacerlo. Es arriesgado y tal vez...tal vez perdamos mucho, pero al final valdrá la pena
-¿qué me estas pidiendo, muchacha?-preguntó la mujer.

-Tenemos que destruirlo, antes de que salga al exterior, Antonia. Hay que matarlo para que nunca llegue a producirse el evento que te acabo de describir- dijo la chica.

-Si...te entiendo...logisticamente puedo hacerlo...puedo acceder a ese software y eliminarlo, pero necesito saber donde está, quien lo está desarrollando...¿eso lo sabes tú?

La muchacha sonrió
-Si lo se bien, y además es alguien que usted conoce. Y lo conoce de bastante cerca. el software será desarrollado por Rhama group. de donde Augusto Balmaceda es dueño. Será en conjunto con dos de sus trabajadores, creo. Fernando Acosta y Federico Hernandez.

Antonia miró a la muchacha, estupefacta
-¿Que?....-logró articular
-Si, Antonia. La empresa que va a causar la catastrofe es la empresa donde usted todavía mantiene acciones. La empresa de su ex marido.


(continúa)

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