18 de Septiembre de 2010
15:23 Pm
Tomó el arma con la mano derecha. El sonido del disparo no se le iba de los oidos. A lo lejos, se escuchaban los ruidos de la ciudad, siempre inquieta, siempre despierta. También se oían las sirenas de los carros policiales que se movilizaban rápidamente hacia ella. Venian por ella, pero ya no importaba demasiado.
Miró el cadaver que yacía en el suelo, boca arriba, con una expresión bastante estúpida pintándole el rostro. O lo que quedaba de él. La bala había entrado por el borde del labio superior, hizo lo suyo, y salió con un chorro de sangre y sesos por el cráneo, como si un pequeño volcán hubiese hecho erupción. Y ahora estaba en el suelo.
-Dos años me demoré en matarte, hijo de puta- dijo ella, en voz alta. Casi como un comentario forzado.
La policía estaba llegando. La mujer dejó la pistola en el suelo, y se puso de rodillas con las manos detrás de cabeza.
Se acercaron, se abrieron las puertas
se escucharon las voces de mando.
Ella cerró los ojos. Esperando. Y llegó el momento.
El cielo se llenó de una intensa luz blanca. Los pajaros arrancaron. Y un murmullo, como truenos subterraneos, avanzaba a toda velocidad.
"Lo logró" pensó la mujer "esa chica lo logró...tenía razón despues de todo"
Apretó aún más su mandibula. Los policias gritaron, y luego desaparecieron
Había llegado el momento...
Su último pensamiento fue bastante agradable; Se vió a si misma, décadas atrás, parada frente a la puerta del salón de baile, en su graduación. Su muchacho, su pareja, la miraba comosi fuese la mujer más bella del universo. Y asi se sintió; amada, querida, deseada. Ella se empinó y le dio un suave beso en los labios. él le sonrió. La mujer aun con los ojos cerrados, sonrió también, y su pensamiento flotó unos segundos, antes de sumergirse en la oscuridad.
(fin del intermedio)
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